martes, 31 de mayo de 2011

DISIDENTES



DISIDENTE:   Aquel que quiere Separarse de la común doctrina, creencia o conducta.


Ayer veíamos en la red la asamblea de Sol, y no podía dejar de pensar en cual va a ser la reacción del poder -y me refiero al verdadero poder,  ante toda esta movilización ética hacia el bienestar y la buena voluntad (a pesar de algunos inconscientes que crean que esto es una revancha).

Enmimismado, imaginaba a los intocables multimillonarios que manejan países enteros (por ello lo obsoleto de las naciones y sus fronteras y la estulticia de sus defensores), que tienen en sus manos los destinos de millones de personas que trabajan para engordar sus arcas, las de la oligarquía claro, y me cuestionaba si éstos son capaces de entender algo de lo que pasó y está pasando.  Quiero decir, si mediante una experiencia no vivida se puede llegar a empatizar con ella, aunque el entendimiento me parece un paso más cercano a la exposición que a la empatía.

Escuchábamos a los campistas asamblearios que están sacrificando su tiempo, su energía, sus sueños, su vida, por mejorar este mundo en el que convivimos mientras me entraban unos profundos escalofríos provocados por la eterna duda ante la posibilidad de cambio, no un cambio, sino 'El Cambio'.  La diferencia con las veces anteriores es que hoy el cambio ya ha empezado, pero cuál será su precio esta por ver.

Observábamos orgullosos a los asistentes a la asamblea en que se decidía si se quedaban o levantában el campamento,  mientras se identificaban anónimos en sus turnos de palabra tímidos trabajadores que veían su futuro tan incieto como esperanzador;  íntegros 'perroflautas'  -a los que antes llamaban 'Alternas' y en mi época 'punkis' o incluso 'greñudos', estudiantes concienciados y parados involuntarios desesperados por el tedio y por la gran amenaza de'... mantenerlos al límite de la hambruna y la pobreza para que nunca muerdan la mano del amo que les alimenta'.

Mientras me esperenzaba con la energía que emana de lemas como 'llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones', viajé hasta todos los puntos de encuentro que desde el 15M concentra a los 'indignados', los 'disidentes' de este país y de este mundo, y  recordé que hace años trabajé en un boceto de una inacabada obra de teatro que trataba a 3 personajes sentados alrededor de una mesa de madera para pasarse una hora y diez minutos hablando de lo que ellos creen que es la vida.  Estos tres personajes son: el señor Dinero, el señor Poder, y el señor Horror.  En mi texto, divagaba sobre las posibles conversaciones que en aquella mesa se podrían llegar a registrar.

Comenzé conversando como si yo fuese cada uno ellos en cada uno de sus turnos de conversación, y releyendo mis propias conversaciones me asusté tras dos páginas escritas; Terror era poderoso, Poder era orgulloso y peligroso, mezquino, pero muy sutil y qué decir de Dinero, que tenía la capacidad, el arte y la habilidad de cambiar los deseos de ambos, pues a todos los subordinados de Horror y Poder, entre ellos Tristeza, Usura y Mentira, los manejaba a su antojo, maleando así los objetivos y proyectos de sus superiores.   Así que decidí seguir escribiendo en un tono humorístico, más ligero, haciendo algunas bromas sardónicas y cinismos varios, pero vi que era un calco de la realidad más cotidiana, y desistí.  Mis propias bromas me herían, abrían llagas que aún están por curar, pues para ser el dueño del mundo debes ser algo parecido al superhombre nitzscheano o a Jezabel.

Mirába la pantalla y me venían a la cabeza aquellas conversaciones, comentábamos el futuro de todos aquellos esfuerzos, de todas aquellas voluntades por hacer un mundo mejor para todos, y veía a aquellos tres personajes sentados a una mesa consensuando sobre un futuro que no es suyo.  Dió Sol la medianoche y como venía ocurriendo desde ese 15M, en los sueños de muchos, aquellas conversaciones se esfumaron para siempre.

Viva la vida, vivan los sueños.

A.V.

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